ARCHIPIÉLAGOS

Una atmósfera de extrañamiento y nostalgia sobrevuela los paisajes, rostros y escenas cotidianas de Archipiélagos. A través de estas imágenes, Ire Lenes profundiza sobre las escuelas políticas y sociales de la caída de la URSS y cómo sus minorías se adaptaron al drástico giro de sus vidas.

Lo que une a un archipiélago es precisamente aquello que lo separa: el agua. De igual modo, lo que mantiene unido a los habitantes del barrio de Naujoji Vilnia, al oeste de la ciudad lituana de Vilnius, es lo que los aleja del resto del país: el ruso.

El 11 de marzo de 1991, tras las Revoluciones Cantadas, Lituania se convirtió en la primera república en lograr su independencia de la Unión Soviética. Los símboloes soviéticos desaparecieron drásticamente y el ruso dejó de hablarse. ¿Pero qué ocurrió con las personas de etnias no lituanas? ¿Con aquellas poblaciones mixtas fruto de las migraciones internas de un país quebrado?

Ire Lenes explora lo que no es evidente, sino que subyace. Sus imágenes nos permiten comprender esa fractura social invisible y aproximarnos a las dificultades que afrontan las minorías rusohablantes (rusos, lituanos, bielorrusos y polacos) en un entorno que contempla con recelo todo lo que procede de Rusia.

Archipiélagos también reflexiona sobre los conceptos de pertenencia y de nación. Soy Tutejszy, “de aquí”, expresa Vanda con la mirada perdida hacia un territorio que no alcanzamos a ver. Y esas dos palabras ocultan una realidad compleja y esquiva: la autoidentificación étnica neutral de las poblaciones rurales donde se hablan lenguas mixtas del este y norte de Europa. Una palabra que refleja el vínculo con el territorio más allá de fronteras y nacionalidades.

Archipiélagos podrá verse en Àlbum, festival de la fotografía y la imagen contemporánea, del 4 al 30 de noviembre, en la sala Amics de les Arts i Joventuts Musicals de Terrassa.