T’HO HAS DE MENJAR TOT
Casa Alegre de Sagrera (Terrassa).
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Tienes que comértelo todo. El último divorcio del siglo. Los insultos en el Congreso de los Diputados. Los estafadores absueltos. El reloj/el coche/la crema que te va a cambiar la vida. La bebida de la felicidad. Tienes que comértelo todo. Los vídeos de TikTok, de YouTube, de Instagram. Los gatitos de WhatsApp. Las influencers y los influenciados. Las guerras, las hambrunas, los muertos. La farándula del papel cuché y los platós televisivos.
Vivimos hiperconectados, bombardeados por miles de imágenes y mensajes. La rapidez, la instantaneidad y la fragmentación caracterizan la forma en la que nos aproximamos a la información.
Tienes que comértelo todo es una reflexión sobre cómo este acceso a la información, la inmediatez y la hiperconectividad nos convierten en fagocitadores omnívoros incapaces de establecer filtros conscientes, de construir nuestros propios criterios o vincularnos afectivamente con la información que nos bombardea. Esta superabundancia puede llevarnos a la superficialidad, a desistir de la construcción interior, al destierro de lo espiritual, a sentirnos falsamente saciados.
En la sala noble de un palacio burgués nos acoge una mesa exquisita. Sobre la porcelana blanca, 28 adoquines esperan a los comensales. La dureza del granito y la delicadez de la porcelana blanca violentan al visitante.
Agustín Laguna incorpora el collage sobre la piedra apropiándose de recortes de periódicos, publicidad y revistas. Los collages se hallan incompletos. Se trata de imágenes que nos impiden percibir la totalidad y, por dicha razón, se convierten en universales. Esta fragmentación es asimismo una constante en su obra. Un recurso empleado para abstraerse de lo que es tangible y buscar lo esencial.
Cada día digerimos con indiferencia y normalidad imágenes e historias tan indigestas como el granito. Fragmentadas, incompletas, manipuladas. La instalación nos invita a cuestionarnos la forma en que nos aproximamos a toda esta información. A preguntarnos por la apatía que provoca la acumulación de datos a los que no podemos vincularnos y la indiferencia por la sobresaturación de estímulos y una constante excitación.
La instalación pone de manifiesto esta agresión silenciosa y constante, invitándonos a preguntarnos: “¿Tenemos que comérnoslo todo?”.
Agustín Laguna
Agustín Laguna (1963) es un artista que combina la búsqueda de la belleza y la verdad en sus obras con la delicadeza de un acróbata sin red.
En sus proyectos utiliza el grabado, el dibujo y la superposición de papeles para reflexionar sobre la necesidad de buscar lo esencial e ir más allá de lo visible.
Licenciado en Historia del Arte por la Universidad Complutense de Madrid, profundizó su formación artística en el taller de grabado de Sara Quintero y Alberto Pina.
Desde hace años investiga las posibilidades del papel no solo como soporte para sus obras, sino como material pictórico en sí mismo.